El Departamento de Salud ha dado luz verde a la financiación de Tecentriq® (atezolizumab) subcutáneo (SC), la primera y única inmunoterapia contra el cáncer disponible que se puede administrar mediante inyección subcutánea1 en aproximadamente siete minutos.
El año pasado, más de 38.000 personas recibieron esta terapia en Europa para tratar diversos tipos de cáncer de pulmón, hígado, vejiga y mama. Hasta la fecha se administra por vía intravenosa (IV), administración que tiene una duración aproximada de 30 a 60 minutos. La nueva inyección subcutánea reducirá el tiempo del tratamiento en unos siete minutos, con una duración de entre 4 y 8 minutos.
Así, según explica la doctora Dolores Isla, jefa del servicio de oncología médica del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza y presidenta de la Asociación para el Estudio del Cáncer de Pulmón en la Mujer (ICAPEM), “para las personas que viven con cáncer, es esencial para garantizar la mejor calidad de vida posible. Esto significa que con esta opción subcutánea es posible reducir los tiempos de tratamiento, esto sin duda hará una diferencia significativa para los pacientes y su entorno familiar.»
Este experto también afirma que “si hablamos del tiempo que los especialistas dedican a estos pacientes, también hay un impacto positivo, porque se agiliza todo el proceso, algo muy importante para el sistema sanitario, dada la alta demanda en los hospitales de oncología”. Además, si el paciente está más satisfecho con el tratamiento, su adherencia a la terapia será mejor. Por eso todos somos un activo».
Asimismo, el 90% de los profesionales de la salud que participaron en el estudio estuvieron de acuerdo con la facilidad de administración de la formulación subcutánea, y el 75% dijo que podría ahorrar tiempo a los equipos de salud en comparación con la formulación subcutánea.
En este contexto, Alba Silveiro, enfermera especialista del Instituto de Oncología Vall d'Hebron – VHIO, destaca que «es fundamental que el personal médico mejore la atención y la experiencia de nuestros pacientes». Esta forma de aplicación ayuda a aliviar sus dolencias, optimizar el tiempo general de tratamiento y el uso diario del hospital, lo que resulta en un uso más eficiente de los recursos. Al ser un tratamiento menos invasivo, alivia el dolor, los hematomas y la irritación asociados con una vía intravenosa y se asocia con menos riesgos que el uso de dispositivos de acceso venoso. Todo esto tiene un impacto directo en la calidad de vida de estas personas.»